Infraestructura Vial: ¿Peajes o Impuestos?
Costa Rica ha experimentado en los últimos años un deterioro significativo de la calidad de su infraestructura vial, lo que genera problemas de competitividad para las empresas instaladas en el país, produce mayores niveles de contaminación, afecta la calidad de vida de las personas, aumenta nuestro consumo de combustibles (factura petrolera), en general, esta situación se resume en que se presenta una pérdida de bienestar para toda la sociedad.
Ante esta situación resulta apremiante el cuestionarse cuál es la forma idónea para financiar las obras viales, ¿peajes o impuestos?. La respuesta inmediata por lo general es ¡peajes!, esto es completamente válido cuando se habla de utilizar ingresos fiscales, como los provenientes del impuesto a la renta o a las ventas, con el objetivo de crear o mantener infraestructura.
Los peajes son preferidos porque constituyen un impuesto -pigoviano- que tiene como objetivo desincentivar el uso de la carretera -¡preguntémoselo a la gente de occidente!- para disminuir los congestionamientos. Básicamente, los peajes buscan que las personas no hagan un uso excesivo de las carreteras, con relación a aquellas en las cuales no se paga ningún peaje porque son financiadas con otros ingresos fiscales.
Es así como lo peajes tienen como objetivo realizar un cobro basado en el uso que se haga de la carretera, pero: ¿qué pasa con porciones relativamente cortas de las carreteras dónde no hay peajes? ¿es viable económicamente poner un nuevo peaje?, ¿y luego otro(s) adional(es) si es necesario?, ¿terminarían siendo los peajes la razón de las presas?
Hay una forma de poner un peaje cada kilómetro, metro o incluso centímetro sin que las personas tengan que detenerse a pagarlo o se incurran en enormes costos en administrarlos, esto es a través del impuesto a los combustibles.
En no pocos países los combustibles están sujetos a altos impuestos, pigovianos también, ya que estos son más exactos en capturar el uso del automóvil. Para los que les gusta la matemática: pasar del cobro de peajes al cobro de un impuesto a los combustibles, es como pasar de una sumatoria a una integral. ¡Sí!, la suma de los peajes en una carretera nunca será más exacta que el cobro continuo que se realiza por el consumo de combustibles al transitar por esa carretera.
El impuesto a los combustibles no solo es más exacto en cobrar por el uso de las vías, sino que tiene varias ventajas, entre ellas las siguientes:
- Al ser un impuesto pigoviano más exacto, incentiva a la gente a compartir el auto, utilizar transporte público o incluso vivir más cerca del lugar de trabajo, en comparación a los peajes.
- Al aumentar el precio de los combustibles (cerca de 45% para el caso de las gasolinas y 27% para el caso del diesel, esto en Costa Rica), hace que las personas los utilicen menos, con lo cual se genera menos contaminación.
- Los vehículos más ineficientes en el uso de combustibles pagan más por un mismo trayecto, lo que constituye un incentivo monetario a utilizar automotores en mejores condiciones, disminuyendo así también la contaminación.
- Se desincentiva la cantidad de vehículos grandes en circulación, esto hace que los accidentes tiendan a ser menos violentos: la probabilidad de morir es menor en un choque entre dos autos pequeños, que entre uno pequeño y un 4x4, por ejemplo.
El impuesto a los combustibles resulta ser menos ineficiente, ya que disminuye las presas y la contaminación, a la vez que mejora la seguridad vial.
En el año 2012 los ingresos por concepto del impuesto único a los combustibles alcanzaron los ¢354.148 millones, cerca de $708 millones, mientras que en los últimos 10 años estos ingresos han representado cerca del 13% de los ingresos totales del gobierno, cifras para nada despreciables, pero que no son destinadas en su totalidad al mantenimiento de carreteras, ¡solamente el 29% de estos recursos son destinados a infraestructura vial!
Ya se podrá entender de dónde derivan nuestros problemas de infraestructura vial, no está en cómo financiar estos proyectos, sino, en qué están haciendo con los recursos que deberían llegar a dichos proyectos.
En síntesis, no está justificada la existencia de peajes en nuestro país, ¡ya estamos pagando impuestos específicos que son suficientes para financiar los grandes proyectos de infraestructura vial!
Las finanzas públicas tienen que ordenarse, qué tiene que hacer el Estado y cómo va a financiarse, es una de las principales reformas económicas estructurales que enfrenta nuestra sociedad.
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