Reglas versus Discreción, ¡una confrontación de nunca acabar!


Hace poco discutíamos sobre los principales factores que podrían facilitar que empezáramos a aspirar a niveles de inflación y tasas de interés no del primer mundo, sino, similares a la de nuestros hermanos de América Central, como Honduras o Guatemala, incluso, ¿por qué no?, los de El Salvador o Panamá. Sin embargo, hay un aspecto muy importante respecto a la revisión del programa macroeconómico que recién realizó el Banco Central de Costa Rica que es necesario señalar.

Esta revisión del programa macroeconómico trajo una nueva preocupación: ¡el aumento esperado para la liquidez en nuestra economía!

Según nuestro Banco Central, la liquidez en colones durante el 2009 aumentará ya no un 10,9%, sino, un casi alarmante 13,5%, mientras que para el 2010 ahora el BCCR espera que la liquidez aumente un 14,2%, un aumento significativo si se considera que la anterior estimación era de apenas 9,9%. Esto implica un importante aumento en el medio circulante, una de las pocas variables económicas de las cuales todo Banco Central tiene cierto grado de control.

¿Cuál es el problema de esto? Para explicarlo podemos recurrir a un modelo muy simple, Cagan para inflaciones moderadas e hiperinflaciones. Este economista, al igual que muchos otros buenos economistas, nos dice que la inflación en cualquier país está explicada por los excesos monetarios, o sea, que entre más dinero entre en circulación en una economía cuándo ya los agentes económicos tienen estimada su demanda de dinero, esos excesos se traducirán en aumentos adicionales en el nivel de precios, o sea, en presiones inflacionarias, y eventualmente, en inflación.

Para explicarlo mejor, si usted y yo ya contemplamos que la economía crecerá 2% (nuestras compras deberían crecer proporcional a esto), mientras que las tasas de interés tendrán cierto nivel (racional, según nuestras expectativas) y estimamos cierto grado de aumento de la oferta monetaria, o sea, ya planeamos cuánto dinero vamos a necesitar en cierto periodo de tiempo, cualquier desviación en ese crecimiento de la oferta monetaria se traducirá en presiones inflacionarias, el famoso ¡hay más dinero detrás de los mismos bienes y servicios!. Este modelo corrido para Costa Rica indica que en el mediano y largo plazo (rango de acción de un esquema de metas de inflación), alrededor del 50% del crecimiento de la oferta monetaria se traduce en presiones inflacionarias.

De esta forma, esos aumentos esperados en la liquidez de nuestra economía para el 2009 y el 2010 estarían poniendo un piso inflacionario (de mediano y largo plazo) de al menos 7% en nuestro país, lo cual no es congruente con las proyecciones de inflación del BCCR. En esto el Central podría estar jugando con el aumento en la demanda de dinero derivada de la reactivación económica, la cual haría que las presiones inflacionarias de un mayor aumento en la liquidez se vean contrarrestadas por esa mayor demanda de dinero, ¡algo que muchos economistas aún no tienen claro!, pero esto sería “jugar” con un aspecto meramente coyuntural, el cual no es compatible con metas de inflación de mediano y largo plazo.

Y es que las expectativas de inflación no se volverán a ajustar amparadas en la buena voluntad del Banco Central, ¡se necesitarán acciones! Ya los agentes económicos le creyeron una vez al Central, y encontramos lo mismo que cualquier libro básico de teoría monetaria señala, la tentación a engañar por parte de un banco central es muy alta. Las expectativas de inflación se basan en un esquema de pensamiento racional, ahí los hechos son los que valen, el manejo de los agregados monetarios es fundamental en la formación de expectativas, y es aquí donde las reglas se prefieren a la discreción … ¡cada vez hay menos “Santos” en los cuales algunos querrán confiar!, a ciegas…

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