2009 … ¿Vuelta de página?
La fotografía de la economía mundial hoy no es nada alentadora, ni mucho
menos si se pretende mirar unos 6 meses o un año hacia adelante. La mayoría de
las instituciones especializadas en crecimiento económico pronostican desde una
recesión leve hasta una profunda y duradera, algunos pocos incluso, vaticinamos
una nueva depresión.
De esta forma el gobierno está atacando el problema de la recesión en una
forma rápida y desde ambos frentes, el fiscal y el monetario, mejorando las
expectativas sobre el futuro desempeño de esta economía.
A
pesar de estas señales, hay que tener presente que el riesgo de una recesión
profunda y duradera, o de incluso una misma depresión, aún continúa, por lo que
un consejo muy oportuno es poner en orden las finanzas personales y
empresariales de cada uno, disminuir los niveles de apalancamiento –ya sea
personal o corporativo, en general, entrar en un “safe mode” en nuestras cuentas,
y prepararnos con un mayor nivel de ahorro para enfrentar cualquier imprevisto
que en el nuevo año aparezca.
A partir del mes de agosto del presente año se empezaron a experimentar
una serie de eventos que originaron posturas tan serias como una posible
depresión. La quiebra de instituciones líderes en su campo, la nacionalización
de entidades financieras y aseguradoras, nuevas adquisiciones, el congelamiento
del crédito bancario, la parálisis del mercado de papel comercial, entre
algunos otros aspectos, han minado la capacidad productiva a nivel global,
dándole un giro a una economía que en muchos casos parecía ya haber tocado
fondo.
Esta situación es para nada despreciable, periodos como estos se
caracterizan por agudos problemas de desempleo, dificultad en el desarrollo de
negocios -ya sean actuales o nuevos, baja disponibilidad del crédito, menores
recursos para el consumo, en general, una considerable pérdida de bienestar por
parte de los individuos, ya que por lo general ¡preferimos tener mayores
ingresos a menores!
El pasado 20 de noviembre los mercados accionarios y de bonos a nivel
mundial experimentaron la ruptura de sus mínimos de los últimos 11 años, e
incluso, de sus mínimos históricos para el caso de los bonos del tesoro
estadounidense, considerados el refugio del mundo entero en periodos de crisis.
Las rupturas de este día sin duda alguna generaron el mayor nivel de stress
financiero en el último año, sobra decir que esto incluye también los últimos
80 años.
Sin embargo, a pesar de este negro panorama, existen algunos factores
que podrían darle una vuelta de hoja a esta página tétrica del mercado
financiero y bursátil mundial, estos factores son los siguientes:
- El plan de rescate a
Citi, el cual ha dado mayor confianza al mercado accionario, haciendo que
este experimente una recuperación mayor al 13% en tan solo dos días y que
podría servir de modelo para las siguientes acciones a tomar por parte del
gobierno estadounidense para ayudar al golpeado sector financiero.
- El total respaldo de
ese gobierno a las nuevas emisiones de títulos valores de los principales
bancos, lo cual eliminaría la pérdida de confianza del mercado de renta
fija en general, permitiendo fondear a dichos bancos, fortaleciendo sus
balances.
- El paquete de
estímulo fiscal del gobierno de Obama, el cual rondaría un US$1 trillón
por año en recursos que estarían destinados principalmente a obras de
infraestructura como puentes y carreteras, y que incluiría recortes
tributarios y un mayor aumento de gastos públicos, lo cual reduciría a
prácticamente 0% las posibilidades de deflación en la economía
estadounidense, a la vez que ayudaría a estabilizar esa demanda agregada,
evitando una recesión aún más profunda.
- Las señales del
actual gobierno de acceder a los restantes US$350 billones del TARP para
robustecer el crédito al consumo. Hace solo una semana Henry Paulson había
aseverado que dejaría ese remanente a disposición del nuevo gobierno.
- El plan de la Reserva
Federal Estadounidense para inyectar hasta US$$800 billones en su sistema
financiero para comprar securitizaciones, ya sea respaldadas con préstamos
hipotecarios, para autos, tarjetas de crédito, estudiantiles y para
pequeñas y medianas empresas.
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