El rumor entre esquinas y avenidas


¡Y flotó! o más concretamente lo hizo flotar. Entre el 08 y 09 de mayo pasado vimos algo que, como ya habíamos comentado, era el desvelo de algunos y una fantasía para otros (incluido este servidor).

Pero esta flotación no vino sola, vino acompañada de bombetas y algunos buenos lectores del mercado cambiario. L@s bombetas se hicieron oír, muy pocos pusieron los puntos sobre las ies, y lo peor del caso, fue que esta noticia fue cubierta más como un suceso que como un acontecimiento que empobrecía a la mayor parte de la población del país, tal como si esta situación fuera parte de un evento esperado para mejorar el bienestar de nuestra sociedad, ¿o sería acaso para mejorar el bienestar de un grupo en particular?

Pues bien, muchas explicaciones han ido y venido, desde la parcializada visión del aumento del déficit de balanza comercial, donde se olvida el pequeño detalle de contemplar el superávit que la exportación de servicios implica para nuestra economía, hasta aquellos que, sin leer más allá de lo que las pantallas de sus computadoras dicen, culpan puntualmente a algunos intermediarios del sistema cambiario –diferentes al Banco Central.

A estos últimos hay que recordarles qué había sido lo que propiciaba la apreciación del tipo de cambio: ¡la organización del mercado cambiario costarricense y su interacción con la sobre oferta de dólares que experimenta nuestra economía!

Esto no es muy claro en estos momentos, ¡claro que no!, para nada claro. Es algo muy similar a lo que ocurría el 17/Oct/06 cuando se introdujo el actual sistema de bandas. En ese momento nuestro análisis basado en dicha organización industrial -y no en “aspectos teóricos de tasas de interés o niveles de inflación”- nos indicaba que sería de esperar que el tipo de cambio se situara alrededor del piso de la banda, ¿y qué pasó entonces?, ¿ha cambiado algo?, ¡oficialmente no!, pero, muy al estilo de los mejores rumores, ¿qué ocurriría si el Banco Central implementara una nueva banda intramarginal?

¡Simplemente el tipo de cambio se situaría en ese nuevo piso “invisible”.
¿Por qué llegar a estos niveles de especulación? Simplemente por el oscurantismo que ha promovido en las últimas tres semanas el Banco Central en la gestión del sistema de bandas. Además, claro está, de la sobre regulación que había venido implementado en el “mercado” cambiario, o MONEX.

¿Han leído ustedes algún comunicado de prensa donde el Banco Central comunique las intervenciones intramarginales que va a realizar? Lo que ha venido divulgando son autopsias, situación que de mantenerse, podría llevarlo a presentar la propia -cuando ya los agentes económicos desconfíen plenamente en su gestión y abandonen de una vez por todas el colón costarricense.

Respecto al MONEX, ¿podrían ustedes imaginar lo que es ir a la feria o el supermercado y estar obligados a comprar (o vender) a pesar de que no es su voluntad? Pues esto último es lo que ocurre en ese -ahora famoso- mercado, ¡todos los participantes están obligados a tener una posición abierta!, cuestión que margina completamente la esencia de un mercado, o sea, aquel medio en que las partes intercambian voluntariamente a un precio determinado, dado que ambas partes creen que se van a beneficiar de dicho intercambio.

Lo único rescatable de toda esta situación es que ya se le están acabando las excusas al Banco Central con relación a los impedimentos que tiene para garantizar una inflación baja, que es la principal razón de existencia de un Banco Central y la de la implementación del sistema de bandas. O sea, si el Central continua empobreciéndonos con niveles de inflación altos, además de los del tipo de cambio, es hora de echarle llave a esa institución.

Y si esto no ocurre, no olvidemos, eso sí, que en el mercado y en la historia, siempre paga quién falla…

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