De ganas, paradigmas y parálisis ...
¿Quién no ha estado en una de esas situaciones en las
que se quiere que suceda algo con tantas esperanzas que deja que esa situación
-consciente o inconscientemente- nuble su sano juicio? En no pocas de estas
ocasiones buscamos en los más pequeños detalles razones “de peso” para darnos
más esperanzas, para justificar -si es el caso- la decisión tomada o la que no
tomamos.
Esto podríamos catalogarlo como parte de nuestra
naturaleza, como una más de nuestras debilidades, sin embargo, a veces llegan a
un nivel tan penoso que incluso caemos en el autoengaño, y después de un
tiempo, pretendemos también engañar a aquellos que nos rodean.
Una situación como esta es la que ha venido ocurriendo
durante los últimos dos años en nuestro país con relación a la situación
cambiaria, ¡y no es para menos!, el paradigma de que el tipo de cambio siempre
debería subir encuentra justificación en un cuarto de siglo de
minidevaluaciones.
Solo para recordar, los paradigmas nos permiten
aplicar una especie de filtro a ciertos cambios en aquellas situaciones que
determinamos “dadas”, nos ayudan a separar los cambios “buenos”, permanentes,
los que constituyen una mejora, los verdaderos; de aquellos que no lo son. Es
por esta misma razón que todo paradigma debe someterse a un análisis cuidadoso,
si no, cuando ya es hora de que este se deseche y tome su lugar otro, cabe la
posibilidad de entrar en una parálisis -parálisis paradigmática- y simplemente
este se convierta en la única verdad que rige determinado asunto.
En retrospectiva, desde los primeros días en que se
adoptó el Sistema Cambiario de Bandas muchos asesores y especialistas han
venido diciéndonos que se “acerca el momento en el que el tipo de cambio
volverá a subir”, pues bien, ya llevan casi dos años diciéndonos lo mismo y aún
no se cansan de hacerlo.
Claro que en la vida todo es cuestión de tiempo, y si
continúan con este mismo discurso indefinidamente, llegará el momento en que
dicha situación se dará, solo que ya habrá pasado la mitad del tiempo que
llevan diciéndonoslo (1 año), o la misma cantidad (casi 2 años) o ¿mucho más
tiempo?
En ese tiempo algunas personas continuarán tomando
decisiones equivocadas -tal como las han venido tomando- simplemente por seguir
escuchando a aquellos que no han superado el “paradigma de la devaluación”,
aquellos que se niegan a aceptar la apreciación del colón como una causa justa
y sobre todo previsible de la interacción de nuestro país con el resto del
mundo.
En muchas ocasiones observar lo que algunos países han
afrontado nos ayuda a abrir nuestra mente, por ejemplo, República Dominicana en
tan solo un año experimentó una apreciación del 50% de su moneda, la cual pasó
de 50 pesos dominicanos por dólar a tan solo 27, hoy está alrededor de 34. ¿Se
imagina usted que 260 colones valgan un dólar? Sí, es una situación difícil,
¡pero no imposible! Para otra muestra de estas apreciaciones en economías de la
región están Brasil o Colombia, que tan solo en los últimos 2 años llevan una
apreciación de sus monedas de 30% y 32%, respectivamente. Otros ejemplos como
estos son China, India, Europa, Chile, Perú, Singapore, entre algunos otros
más.
Una recesión sin precedentes, el aumento
desmedido del déficit comercial o la extinción de la inversión extranjera son
ahora algunas de las razones que utilizan los que aún defienden la depreciación
del colón, claramente estos son factores de riesgo que hay que tener siempre
presentes, sin embargo, cabe la pregunta ¿por qué hasta ahora los mencionan?
¿Será que antes señalaban otro camino, el cual la parálisis paradigmática no
los dejó seguir?
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