Cambio estructural en tasas de interés y tipo de cambio
La relación existente entre la inflación, las
tasas de interés y el tipo de cambio es sumamente estrecha y en tiempos como
los actuales, donde los cambios en estas variables son la regla, es necesario
tener presente dichas relaciones, para así tener claro cual es el panorama que
podríamos prever.
Recientemente la tasa básica pasiva bruta
subió 0,25% para llegar a 7,25%, lo que ha suscitado nuevamente un debate que
ya se consideraba superado, la posibilidad de que las tasas en colones
volvieran a subir.
En este punto hay que ser claro, nuestra
economía ha experimentado lo que se conoce como un cambio estructural en tasas
de interés y en tipos de cambio, lo que ha hecho que nuestro sistema financiero
y bursátil se haya ajustado fuertemente, sin embargo, todavía se encuentran
algunos participantes que añoran -y piden- volver a los antiguos niveles de
estas variables, situación que dista mucho de ser probable.
Tenemos que acostumbrarnos a los actuales
niveles de tasas de interés -sino pregúnteselo a nuestros hermanos
centroamericanos- y a un tipo de cambio determinado por la cantidad de dólares
ofrecidos y la cantidad de dólares demandados.
En este último aspecto, no le preste mucha
atención a los teóricos que hacen referencia a los tipos de cambio de
equilibrio -determinados por tasas de inflación o interés- pues en un sistema
de flotación TODOS los intermediarios financieros se basan en el calce de
posiciones, así que lo que priva en esos sistemas es la cantidad de dólares que
entran y la cantidad de dólares que salen.
Si entran más dólares de los que salen la
tendencia del tipo de cambio será a la baja –apreciación, mientras que si es lo
contrario el tipo de cambio debería subir –depreciarse.
Volviendo al asunto de la tasa básica, el
principal problema de esta es el sistema de redondeo al cuarto de punto más
cercano, esto hace que dependiendo del rango donde se encuentre ese promedio,
variaciones relativamente bajas en las tasas de captación, hacen que la tasa
básica varíe en un cuarto de punto.
Así, si la tasa básica que calcula el Banco
Central está en 7,11%, este publica un tasa de 7%, mientras que si la tasa sube
marginalmente a digamos 7,13%, la tasa básica pasiva bruta publicada por el
Banco Central será de 7,25%.
Al respecto, lo mejor que podría hacer el
banco central es continuar el cálculo semanal -o incluso diario- y publicar el
promedio tal cual, sin redondear, esto mejoraría la información con que cuenta
el sistema financiero, además de que permitiría una mejor valoración de los
títulos valores, hipotecas, y otros instrumentos financieros, que se encuentran
referenciados a dicha tasa.
Como se puede observar, esto genera mucha
incertidumbre entorno a la evolución de las tasas de interés, incluso hace que
algunos agentes vuelvan a retomar la pregunta ¿seguirán subiendo las tasas este
año?, a lo que viene la respuesta: Desde la premisa de que el Banco Central es
conciente del problema de monetización y pérdidas financieras que esto le
provoca, ¡no!, no hay mayores
probabilidades de que esto suceda.
La principal razón es que si el Banco Central
hace subir las tasas de interés esto le traerá mayores capitales desde el
exterior -en dólares- lo que presiona el tipo de cambio a la baja, dichos
recursos el Banco Central los invierte a una tasa de digamos 4,15% mientras que
para evitar la presión inflacionaria que puedan generar los colones que cambió
por esos dólares, tiene que salir al mercado a captarlos a tasas de alrededor
del 6%.
Ese diferencial de tasas más la apreciación
del tipo de cambio hace que el Banco Central incurra en mayores pérdidas
financieras, las cuales hacen frente con emisión monetaria, generando presiones
inflacionarias en el futuro.
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