Derivados nuestros de cada día
Como es usual en cada inicio de año,
empezamos con algunas buenas intensiones -y otras no tan buenas- con las cuales
queremos corregir los yerros del pasado. Y no es para menos, el objetivo final
de la mayoría de nosotros es pasar un buen año, ¡no fue por nada que surgió el
clásico “feliz año nuevo”!
Dentro de esa lista de buenas intensiones se
puede agregar todo aquello que consideremos importante, sin embargo, hay un
aspecto que será decisivo incluir para mejorar nuestros negocios, y este es el
uso de derivados cambiarios. Más aún si usted o su empresa es generadora de
dólares, puesto que las condiciones aún se mantienen para que el colón gane
terreno frente al dólar, por lo que serían dichos generadores de dólares los
más afectados por las eventuales apreciaciones del colón.
Estos instrumentos han sido ajenos a nuestros
mercados, pero ahora deberán convertirse en algo de cada día para cada uno de
nosotros, si lo que buscamos es realizar una adecuada gestión del riesgo
cambiario.
Esta gestión del riesgo cambiario consiste en
contrarrestar las posibles pérdidas, en la riqueza de un individuo o empresa,
que las fluctuaciones del tipo de cambio puedan causar. Con la variación al
Sistema de Bandas Cambiarias del pasado 22/Nov/07 y la apreciación de 4% que
experimentó el colón, algunas personas ganaron y otras perdieron, un porcentaje
de su riqueza muy similar a ese 4%.
Dentro de la gestión del riesgo cambiario
existen dos estrategias principales, una es la reestructuración de activos y
pasivos para que calcen en monedas y plazos, y otra es la adquisición de
contratos de cobertura.
Los contratos de cobertura son una de las
formas más baratas de gestionar el riesgo cambiario, estos varían desde la
inmunización a través del tipo de cambio implícito en las tasas de interés en
diferentes monedas hasta la compra de forwards u opciones explícitos sobre el
tipo de cambio.
El tipo de cambio implícito en las tasas de
interés es un concepto sumamente sencillo y poderoso. Se basa en el arbitraje
de tasas de interés, y establece que si la tasa de interés local es mayor a la
de en moneda extranjera se pueden estructurar tipos de cambio a plazo mayores a
los actuales, mientras que si las tasas internas son menores a las de en moneda
extranjera esos tipos de cambio a plazo necesariamente estarían por debajo del
tipo de cambio actual.
Esta es una premisa básica de las operaciones
con derivados cambiarios y es la forma en la que la mayoría de instituciones
serias estructuran los tipos de cambio forward que ofrecen a sus clientes. Por
lo que se puede considerar una medida de la seriedad con la que ellos toman
este negocio.
Actualmente en Costa Rica las tasas de
interés en colones a un plazo de tres meses pueden estar cercanas al 6,90%,
mientras que las tasas en dólares a ese mismo plazo giran alrededor de 5%, si
tomamos como referencia un tipo de cambio de 497,80 colones por dólar, con las
condiciones descritas usted podría alcanzar un tipo de cambio a 3 meses plazo,
forward a 3 meses, de alrededor de 500 colones por dólar.
Claramente esta es una opción muy interesante
para un generador de divisas, como es el caso de los exportadores netos, pero
poco atractiva y práctica para un demandante de divisas, como lo son los
importadores netos.
Para estos últimos no es tan atractivo ya que
las condiciones del sistema de bandas cambiarias y la sobreoferta de divisas que
enfrenta el mercado cambiario costarricense, le sugieren una alta probabilidad
de adquirir los dólares a plazo a un tipo de cambio menor, lo que, a pesar de
no ser gestión de riesgo cambiario sino especulación, le indica que estaría
mejor si no adquiere un mecanismo de cobertura bajo esas condiciones.
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