FED: Pragmatismo en las metas de inflación


Con el cambio de presidente que había experimentado la Reserva Federal a finales de enero de 2006 se esperaba una transición suave entre los tipos de política seguidos por Greenspan y los que implementaría Bernanke.

Esta transición el pasado martes 18 de setiembre quedó evidenciada que iba a ser más sutil de lo que esperaba una buena parte del mercado, o por lo menos de la parte más “académica”. Ese día la FED en una decisión unánime disminuyó la tasa de referencia de política monetaria de EE.UU., por primera vez desde Jun/03, en 50 puntos base para dejarla en 4,75%, a la vez que disminuyó nuevamente la tasa de descuento en esa misma cantidad para dejarla en 5,25%.

Bernanke, en su antiguo trabajo de profesor de Princeton, abogaba por un papel menos discrecional por parte de la FED, pero a la vez un papel comprometido en evitar desviaciones de las metas de inflación explícitamente anunciadas. Esto hacía que él se caracterizara en particular, a diferencia de Greenspan, por su inclinación hacia sistemas monetarios basados en metas de inflación, o inflation targeting.

Un sistema monetario basado en este tipo de política conlleva como elemento medular que el banco central se comprometa en lograr un objetivo o rango inflacionario específico y claramente informado, por ejemplo, una inflación de 3% con un margen de tolerancia ±1% (de 2% a 4%).

Para esto debe haber un compromiso institucional con la estabilidad de precios como objetivo principal de la política monetaria, tiene que mostrarse transparencia y comunicación hacia el público con relación a los objetivos, estrategias y decisiones de las autoridades monetarias, además de establecer reglas claras en la evaluación del Banco Central con relación al cumplimiento de los objetivos propuestos en materia de inflación.

El régimen de metas de inflación ha sido muy exitoso en disminuir las tasas de inflación en aquellos países que lo han implementado, estos esquemas han permitido separar las expectativas de inflación de los niveles de inflación pasados, situación que ha sido acompañada por mejorías notorias en el desempeño económico de los países que lo han formalizado.

Estas consecuencias han dado respaldo a la hipótesis de que garantizar la estabilidad de precios a largo plazo es esencial para lograr el máximo empleo, la estabilidad económica, y el bienestar general de una economía.

Los detractores de este tipo de política señalan que si bien ayuda a disminuir altos niveles de inflación, el solo hecho de contemplar un objetivo positivo de inflación es peligroso para la economía, ya que esto puede influir en las expectativas de los agentes económicos a la hora de fijar precios, negociar contratos, entre otros, lo que conduciría a inflación inercial o crónica.

Estos, básicamente, aluden a la necesidad de establecer metas de inflación 0, y no cantidades o rangos positivos para la misma, dado el mecanismo autoacelerador de la inflación.

Sin embargo, los seguidores de las metas de inflación valoran aún más los problemas que se puedan derivar de procesos de disminución vertiginosa de precios y salarios cuando los niveles de deuda de los individuos son altos, situación que se presenta en la mayoría de las burbujas bursátiles o inmobiliarias.

Cuando esto sucede, aumenta el peso real de la deuda sobre los deudores, lo que los obliga a reducir fuertemente su propensión a consumir. Similar situación ocurre en el sistema financiero, donde el aumento en la morosidad, si no se es contrarrestado con capitalizaciones fuertes o extras, hace que las entidades racionalicen sus posiciones crediticias.

Así, estos fenómenos se complementan para producir una peligrosa caída de la demanda agregada que puede llevar a una economía a situaciones recesivas o incluso de depresión económica.

Ese martes 18/Set/07 se evidenció marcadamente estas últimas preocupaciones, radicadas básicamente en eventuales nuevos problemas crediticios en el mercado inmobiliario estadounidense. A raíz de esto no han tardado las críticas a la reducción de la tasa de la FED y al quebrantamiento académico de Bernanke que para algunos esa reducción implicó.

Pasar de la comodidad de los pizarrones de clase a decisiones que afectan el devenir de buena parte de la humanidad, es difícil, muy difícil, y realizar críticas desde la comodidad de nuestra lejanía al puesto es fácil, extremadamente fácil. Pero ¡no es lo mismo remar con las metas de inflación que hablar de ellas!

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