Invirtiendo en mercados internacionales


El fuerte ajuste a la baja que han experimentado los rendimientos del mercado bursátil y financiero costarricense sin duda alguna han reducido a prácticamente nada, la zona de confort que implicaba para los inversionistas y asesores de inversión el atrincherarse dentro del mercado nacional.

Por zona de confort debe entenderse que anterior al ajuste que se ha presentado durante el último año y medio -donde los rendimientos de títulos valores con vencimiento a un año han pasado de un rendimiento de 17,50% a uno de 6,50%- los incentivos para explorar otros mercados, así como otros instrumentos, eran prácticamente nulos, ya que los altos rendimientos que se podían conseguir con inversiones dentro de nuestras fronteras eran difícilmente alcanzables asumiendo un nivel de riesgo similar.
Ahora esos rendimientos -que se ubican en un rango de entre 6% y 7,50%- están haciendo que cada vez más inversionistas y más asesores de inversión busquen nuevas y mejores opciones, así como que estén dispuestos a asumir mayores niveles de riesgo, todo con el objetivo de mejorar el desempeño actual de sus portafolios de inversión.
Hay muchas opciones de inversión, están las clásicas inversiones en bonos, acciones y fondos de inversión denominados en otras monedas, también están las inversiones en índices accionarios (ETFs), fondos de cobertura (hedge funds), la especulación con las mismas monedas, hasta llegar a tipos de inversión más personalizados, como las notas estructuradas.
Todas estas opciones presentan diferentes relaciones de rendimiento y riesgo, relación importantísima –y completamente subjetiva e individual- a la hora de tomar la decisión final con relación a nuestras inversiones.
Es completamente individual porque cada cual de nosotros valora de manera diferente los niveles de riesgo que estamos dispuestos a aceptar para alcanzar un rendimiento dado. Eso sí, coincidimos –casi todos- en que para un mismo nivel de riesgo, ¡elegiremos siempre la inversión que más rendimiento nos proporcione!
Esto nos lleva al concepto de prima por riesgo, el cual en la buena práctica, lo que pretende es dar algunas orientaciones sobre los niveles de riesgo y rendimiento que ofrecen las inversiones que estamos considerando, todo con el objetivo de establecer relaciones de ordinalidad entre dichas opciones. Así se podrá establecer que para un inversionista en particular es preferido D a C, o Y a B.
Veamos un ejemplo de esto. Actualmente algunas personas, tanto a nivel nacional como internacional, han manifestado lo interesante que podría llegar a ser invertir en bonos en euros.
Las inversiones en euros a seis meses plazo están rindiendo alrededor de 4,20% en esa moneda, por lo que es necesario que para que una inversión en estos títulos rinda al menos lo que se obtiene en el mercado nacional (5,25% en dólares), el euro debería apreciarse frente al dólar alrededor de un 1,05%, lo que equivaldría a que el euro pase de un nivel por ejemplo de 1,3600 a 1,3672, rompiendo su máximo histórico de 1,3651. Incluso si el euro llegara a un nivel de 1,40 en el término de seis meses, esta inversión llegaría a redituar alrededor de un 10% en dólares. El cual es un rendimiento interesante, pero implica realizar una apuesta con uno de los activos internacionales más volátiles por un periodo de seis meses.

Se puede aseverar, sin temor a ser conservador, que la prima por el riesgo asumido en este tipo de inversión es muy baja, ya que se debería apostar a que esta moneda llegue y rompa altos históricos, lo cual para un activo tan fluctuante como esa moneda, conlleva un nivel de especulación sumamente alto.
Adicionalmente, existen inversiones en otros títulos valores donde una buena combinación entre apreciación de su moneda y ajustes de tasas de política monetaria en su país, compensan sobre medida el riesgo asumido.

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