Gestión del Riesgo Cambiario
El riesgo cambiario se deriva de mantener posiciones –activos y pasivos- en monedas diferentes a la moneda en la que se consolida su balance, o sea, la moneda de origen. Estas posiciones pueden presentarse en saldos -un ejemplo de estos son las deudas, o en flujos –como lo son el pago de intereses. Estos activos y pasivos aunados a la fluctuación del tipo de cambio -precio relativo entre dos monedas- hace que los agentes que tienen posiciones denominadas en otras monedas puedan experimentar pérdidas en su riqueza total, puesto que el valor de los saldos en la moneda de origen estaría viéndose afectado por las variaciones en el precio de las divisas. La gestión del riesgo cambiario consiste principalmente en compensar los efectos negativos que las fluctuaciones del tipo de cambio puedan tener en el estado de pérdidas y ganancias de un individuo o empresa en particular. Las estrategias de control del riesgo cambiario giran entorno a la reestructuración de los activos y pasivos se